Las teorías físicas actuales, van en la misma dirección, que el conocimiento que nuestros ancestros transmitieron, a lo largo de la existencia del ser humano.
Todos nosotros gozamos de la posibilidad de experimentación que denominamos Vida. Ésta senda es individual y única para cada uno de los seres. Podemos decidir recorrerla creyendo saber quiénes somos, o transitarla para descubrirlo.
Ambas son perfectas, y su elección depende única y exclusivamente de nosotros.
Como siempre que tomamos una decisión, ésta tiene sus consecuencias. Dependerá del nivel consciencial de cada uno, la elección que tomaremos.
La segunda forma de recorrer la senda de la vida, requiere del acto heroico de morir en vida, pues dicha elección conduce ineludiblemente, primero a la desintegración de la idea del "yo" que la persona haya podido coagular a lo largo de su existencia, y posteriormente, a percibir de frente a la Verdad, lo cual no será sinónimo de haber alcanzado el estado de felicidad o dicha interna.
Es aquí donde el iniciado, si "escucha correctamente" y con atención, visualizará una vía que le conducirá hacia la Paz Profunda en su corazón, y al recorrerla, trascender el sufrimiento, y sublimar el dolor en Sabiduría.
Reiki es una vía Mística hacia la Armonía, la Felicidad y la Salud. Hoy en día se sabe bastante sobre esta tercera connotación, pero muy poco o nada de las dos primeras.
La Salud dentro del Reiki Do (Camino del Reiki), es sólo la puerta de entrada hacia el estado último al que se encamina todo reidoka, el Anshin Ritsumei.
Tras traspasarla, iniciado ensancha los límites de su consciencia y percibe, que la responsabilidad de que la felicidad anide en su corazón, es exclusivamente de él.
Nuestros pensamientos, palabras, emociones y actos son también energía, y de ellos emanan una frecuencia que nos llevará a una escala de experimentación u otra, de la realidad.
El reidoka sabe que debe mantener su conciencia vibrando en las mismas frecuencias que el Gran Espíritu del Universo, o Gran Consciencia que subyace tras toda la Creación, y abandonarse a esa Fuerza Inicial que le trajo a la forma, siguiendo la dirección que le marca, sin importar lo que ocurra, con confianza y certeza interior, entregándose al flujo de la vida y manteniendo las aguas de su mente en calma.
De este modo, alcanzará el fin último de este Arte, y habrá abierto caminos, para que el propósito de su existencia, se haya materializado, habiendo contribuido con "un trazo", en el lienzo de la "Gran Obra".
Sergio Calderón